Ayer recordé la cara de perplejidad de mis padres cuando les comuniqué mi intención de dejar los estudios universitarios de Químicas y cambiarme a “Imagen y Sonido”, una de las ramas de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, de Madrid. “¿Y eso qué es, hija?” Me preguntó mi padre. Creo que yo tampoco lo sabía, solo tenía claro que quería hacer cine, una gran pasión que ellos mismos, mis progenitores, me habían inculcado. Me pasé mi infancia adorando a las actrices de los años 30 que mi padre había dibujado a carboncillo en las páginas en blanco de aquel ejemplar del Quijote ilustrado por Gustave Doré. Y mi madre siempre me reprochaba que tuvo que salirse del cine París de Vallecas sin terminar de ver “La colina del adiós”, porque yo, un bebé entonces en sus brazos, no dejaba de llorar. Y es que la película no era apta para menores. Volviendo a los estudios de “Imagen y Sonido”, que habían reemplazado a la antigua Escuela de Cine, debo decir que aún estaban en precario, como puso de manifiesto Alejandro Amenábar en su magnífica “Tesis”. En consecuencia, cambié a Periodismo y después me especialicé en Periodismo Científico. Hoy por hoy, tras casi cuarenta años dedicada a contar descubrimientos astronómicos, me dedico a la Literatura y a presentaciones “sinestésicas” de mis libros. Pero, de vez en cuando, también presento libros de grandes amigos. Fue el caso de ayer, precisamente Día del Libro, con la obra “Paisajes del alma. Canarias, cine e identidad”, de Eduardo García Rojas, en el Museo de la Ciencia y el Cosmos (MCC), de Museos de Tenerife. Un libro que a mí personalmente -y no me cansaré de agradecérselo a Eduardo- me ha abierto todo un “universo” que desconocía: a los grandes directores de cine canarios y a sus magníficas películas, documentales y de ficción, cortos y largometrajes… Algunos de estos cineastas nos honraron con su presencia: los hermanos Teodoro y Santiago Ríos, Josep Vilageliu, Iván López, Raúl Jiménez y Manuel González Mauricio (Manolo Pixel). Además, contamos al inicio con las palabras de bienvenida de Jose Carlos Acha Domínguez, consejero del Área de Cultura, Museos y Deportes del Cabildo de Tenerife, y de Antonia Varela, directora del Museo, que nos acogieron con cariño. También nos acompañó María Calimano, una gran amiga de cuando ella dirigía la Filmoteca Canaria. Al final del acto se sugirió, no era la primera vez, que sería muy oportuno, con motivo del centenario en 2026 de “El ladrón de los guantes blancos”, de José González Rivero -el primer largometraje realizado por una productora canaria-, que se instituyera, por ejemplo, algún premio cinematográfico con el nombre del director. Ahí lo dejamos… El cine canario SÍ existe y todos nos merecemos que se cuide para poder disfrutarlo.
Gracias a todos los que asistieron y que me hicieron sentirme muy a gusto en el museo que tanto quiero. Fue una tarde para no olvidar y para seguir recordando a mis padres, aunque ya no estén conmigo.
#cinecanario #díadellibro

Un sueño bajo el volcán Tajogaite de la isla de La Palma, con motivo del FHE 2025
La última semana tuve un sueño bajo el volcán Tajogaite de la isla de La Palma, ¿o era el de Malcolm Lowry? Ahora dudo… Me encontraba rodeada de una pléyade de escritores estelares. Unas veces, al amparo de la lluvia