Decían que anunciaban calamidades, invasiones, derrotas y muertes. Temieron el fin de la humanidad envenenada con cianuro por su culpa. Los declararon culpables antes de celebrarse el juicio. Finalmente, se demostró que no eran los Jinetes del Apocalipsis y que todo era una calumnia.
Desde entonces, estas celebridades siempre son bien recibidas. Algunas nos visitan con puntualidad cada cierto tiempo, luciendo una cabellera luminosa y un vestido blanco de novia, de extensa cola verdeazulada.
Belleza en los cielos ajena a los virus que nos atacan, aunque ciertos insensatos se empeñen en que existe una vinculación evidente.

La trampa
Me daba un miedo relativo. Los paparazzi, que le perseguían desde hacía muchos años, habían subido